Este es mi pequeño altar para activar las cartas del Tarot.
Las cartas de Tarot, se compran, bueno ya sabéis que no podemos utilizar las que ya están usadas por otra persona ya que las cartas absorben la energía de la persona que las ha utilizado y es muy personal.
Así que compramos la baraja de cartas, escogemos la que más nos guste y la activamos a través de las energías de las piedras, a una hora que nos apetezca pero si puede ser con luz natural, con sol y buen tiempo. Parece una tontería pero no lo es.
Yo tengo un pequeño altar particular que voy variando de tanto en tanto ya que me gusta variar de energía según mi estado de ánimo. Sobre todo nos concentramos, empezamos a decir la oración de concentración y ponemos las manos encima casi sin tocarlas.
Más o menos estoy 5 minutos, con la mente en blanco y reflexionando sobre cómo me pueden ayudar las cartas a ver el futuro y a ayudar a las personas que me consultan. Me gusta sentirme energética pero con energía blanca, con paz y tranquilidad. Se dice que la energía positiva huele bien, huele a blanco, huele a claro. Y así nos tenemos que sentir.
Después de la consagración ponemos las cartas sobre el pañuelo negro de seda natural y se dejan debajo del almohada o al ladito de nuestra cama en la mesilla toda la noche para que nuestros sueños entren en contacto y la hagamos muy nuestra.
Al día siguiente ya las podemos utilizar. Es muy fácil, pero siempre hay que pensar en hacer el bien y en ser muy sinceros con la persona que nos consulta, eso es fundamental, si no las cartas se vuelven mudas y nos confundirán.
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